Testimonios de Especialistas

Quien quiera conocer nuestra institución deberá ser abierto para encontrarse con un singular espacio donde la labor clínica, desde una perspectiva psicoanalítica, incluye múltiples estilos personales y un único y marcado modo de percibir al otro.

Quien nos consulta, sea futuro paciente o profesional integrante, es en tanto persona otro “ser humano”.

Descubrí que el psicoanálisis puede ser aplicado siempre, porque es un modo de pensar. Estará vigente mientras quienes lo elijan se sumerjan en las más hondas profundidades de sí mismos y no de una teoría.

Pienso que al trabajar en psicoanálisis vamos transformándonos en una herramienta del mismo y que lo que lo define, es la originalidad de cada proceso. No hay 2 pacientes, 2 sesiones , 2 analistas , 2 encuadres iguales , nada se repite. Porque las configuraciones inconscientes son siempre novedosas.

Hace muchos años que me recibí, ya paso el primer cuarto de siglo, y desde mis inicios encontré un grupo humano que me permitió crecer y desarrollarme en mi profesión de manera creativa. Armamos un equipo de trabajo basado en la confianza mutua, donde se respetan los tiempos y las características personales para que los resultados no sean solo efectivos sino placenteros.

Nada en A.P.C. Nueva Fuente camina solo, sino de la mano del respeto y del cuidado por el otro.

Lic. Lorena Reynoso

Siempre que me veo precisado de referenciar de algún modo mi práctica clínica hay dos fuentes que vienen a mi memoria, ambas coincidentes. La primera, mientras cursaba la carrera, hace ya muchos años, se la debo a Merleau Ponty; creo que el texto trataba de la fenomenología de la percepción. En él Ponty decía que, después de haber manipulado un objeto – tomemos por ejemplo un cubo – nos habilitábamos, adquiríamos la capacidad de dar por presentes las caras ocultas de dicho cubo cuando en vez de manipularlo lo percibimos visualmente. La percepción, visual en éste caso, se ha vuelto simbólica. Le restituye al objeto su profundidad, su tridimensionalidad; las que no son evidentes visualmente. La segunda referencia vino de Bion, de su concepto de binocularidad: la posibilidad de mirar un mismo objeto, un mismo hecho, desde distintas perspectivas no excluyentes, conservando ambas al tiempo que oscilamos en un ir y venir de una a la otra.

Pienso que la formación de un analista – y también su actitud – requiere de esas múltiples perspectivas en diálogo; donde la precisión conceptual es fundamental para desplegar cada argumento. Y la tolerancia a la incompletud, a la duda, a la transitoriedad y mutabilidad – de las teorías, de los tiempos, de las presentaciones clínicas y de nosotros «no mismos» – nos va habilitando a captar y responder a las complejidades humanas en juego. Pienso que desde esa actitud de conocimiento es posible que todos los aportes – los de la cultura en general, los de la interdisciplina y los de las distintas escuelas – más allá y más acá de nuestras preferencias, tengan mucho que ofrecernos.

Lic. Lucas Margulis